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El Interim

            astagna, en enero de 1573, renuncio al obispado de Rosanno por no poderlo atenderlo, una prueba más de cómo sentía la necesidad de residencia, en especial después de haber participado tan activamente en las últimas sesiones del Concilio Tridentino. Gregorio XIII, su antiguo amigo Boncompagni, le concedió el cargo de Visitador General del Patrimonio de San Pedro, cargo éste que quizá no llego nunca a desempeñar ya que acompañado del Caballero de Gracia - es enviado como Nuncio a Venecia, otra plaza importante, donde se hizo su entrada el 4 de julio de 1573. Dos años mas tarde se produjo una terrible epidemia de peste que hizo que el Papa le llamara a Roma.

Es probable que Jacobo quedase en Venecia como encargado de negocios, aunque no hay base poner los acentos dramáticos, o quizá necesidad romántica, que añadía García Rodrigo. Hacia enero de 1577, acabada la peste, Gian Battista es nombrado Gobernador de Bolonia, donde entra con el Caballero de Gracia, recordando ambos, muy posiblemente, el momento de su salida poco después de acabar el doctorado. Ahora rondan los 60 años.



Gian Battista toma la iniciativa y envía a Jacobo a Módena para visitar a sus parientes. Sus dos hermanas, Margarita e Isabel, ambas casadas. Muertos ambos matrimonios sin descendencia, de modo que Jacobo puede considerar que todo cuanto tiene, Dios se lo ha dado milagrosamente, sin dejarme pariente alguno, ni persona que me toque en carne ni en sangre a quien por obligación haya de dejar mis bienes. Jacobo debe negociar su herencia tal vez con parientes de sus cuñados, que al parecer empiezan enfrentándose, pero finalmente -gracias, pensamos, a la amplia experiencia y capacidad diplomática del Caballero de Gracia- los resultados fueron positivos.



El 14 de enero de 1578 retornan los dos amigos a Roma, aunque enseguida vuelven a la diplomacia. Ahora en Alemania, donde el Emperador trata de mediar entre España y los Países Bajos con la colaboración del Papa, que manda como Nuncio a Castagna, que con su amigo Gratii llego a Colonia el 5 de abril de 1579. La Conferencia se abrió el 7 de mayo y después de graves dificultades y laboriosa diplomacia se concluye el 13 de noviembre de 1579 con resultado negativo, dada la obstinación de los holandes4es. Según el Caballero de Gracia no habían echado el valde sino éste.



Vuelto inmediatamente a Roma, Gregorio XIII, quiere encomendar a Gian Battista otra labor diplomática en Madrid, a la renuncia por encontrarse enfermo y cansado; pero, deseoso de ayudar al Pontífice, sugiere que se la encomiende al fidelísimo Jacobo, y así se hace. Ha llegado el momento de la separación, que ambos saben definitiva.

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