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Pintura en el Oratorio

San Miguel Arcángel es de José López Enguídanos (1757 - 1818), y tiene ciertas resonancias barrocas. Se pintó en 1796.



Jesús y la Magdalena, de José Beretón (1747 - 1796), pintado antes del otoño de 1795. Condiscípulo de Goya, es probablemente de hechura más neoclásica de los que trabajan para el Oratorio.




 

Retrato del Caballero de Gracia, realizado cuando se acercaba a los cien años, por el pintor y archero de Felipe III Miguel Juan que murió en 1617, fecha aproximada del retrato. Esta situado encima del sepulcro.

 

San José y el Niño, firmado en 1794 por Zacarías González Velázquez, es de los mejores que se pueden contemplar en el Oratorio, Es de trazado nada tradicional, José aparece joven, Jesús adolescente.

En el Ábside, escultura de San José, donación de la condesa de Priego en 1765, y de la Inmaculada, donación anónima en el mismo año conseguida por Pedro Aparicio. Ambos del siglo XVIII, de autores desconocidos.



Vidriera de la Sagrada Cena, de la casa Maumejan. El diseño de Carlos Luque; para esta vidriera se baso en el cuadro de la última Cena de Zacarías González Velázquez, que ocupó ese lugar - con algunos intervalos - desde 1795 a 1926. Encaja perfectamente con la simbología eucarística del Oratorio y sus columnas de capiteles corintios son como una prolongación de la arquitectura del templo.



La cúpula está pintada el mismo Zacarías González Velázquez con cuatro escenas bíblicas que prefiguran las pechinas. En las cuatro pechinas Zacarías González Velázquez pintó los tres Arcángeles (San Miguel, San Gabriel y San Rafael) y el Ángel de la Guarda. En la restauración de los años 70 del pasado siglo se suprimieron por considerarlos difícilmente recuperables, pero en el 2010, a partir de bocetos originales y algunas fotografías, el pintor Boris Lugovskoy los ha podido volver a pintar.

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