
Arquitectura
l Oratorio es obra del Arquitecto Juan de Villanueva , que proyecta y dirige la obra desde 1786 a 1794. Es autor también del Museo del Prado y el Observatorio Astronómico de Madrid
FACHADA:
La calle del Caballero de Gracia, estrecha, no ofrece la posibilidad de perspectiva. El proyecto de Villanueva lo consigue dejando exentas las columnas del pórtico y abrazadas por los dos cuerpos del edificio, dando la impresión de que es un pórtico excavado. Pero el arquitecto que inauguró las obras en 1795 no fue finalmente Villanueva, sino Pedro Arnal. Posteriormente se construyo la fachada Sur por Custodio Teodoro Moreno, que realiza entre 1828 y 1831, con fidelidad el proyecto inicial, pero introduciendo algunas variantes.
Encima de la imposta se sitúa la ventana del coro y, debajo, una interpretación en relieve de La Cena de Leonardo da Vinci, obra del escultor José Tomás.
El proyecto de fachada a la Gran Vía fue diseñado por el arquitecto Carlos Luque en 1916. Era un edificio de dos cuerpos simétricos y un gran ventanal en el centro, que daba luz a la vidriera de la Ultima Cena, realizada por Maumejean. Entre 1989 y 1991 se derribó el cuerpo central, construyendo en la parte superior una unión en arco entre los dos bloques laterales y recubriendo el ábside con piedra blanca, según proyecto del arquitecto Javier Feduchi, que más tarde proyectó y dirigió las obras de acceso por la Gran Vía.









INTERIOR DEL TEMPLO:
De estilo plenamente neoclásico, su autor traza un templo basilical que da la impresión de ser de tres naves. Solo tiene una, aunque con dos pasos laterales que por una parte permite circular sin molestar durante los cultos, y por otra, dar aire a las columnas con las que consigue la ilusión de las tres naves. Estas columnas son de una sola pieza de granito, de una gran monumentalidad.
Villanueva consigue la luz necesaria mediante una cúpula oval sobre un tambor con cuatro óculos y vidrieras emplomadas con un símbolo eucarístico.
La cabecera cierra en ábside. La bóveda de la nave central es de cañón, con casetones cuadrados - rómbicos en el ábside - con rosetas en el centro; obra de Francisco J. Meana. Los lunetos que coinciden con los intercolumnios, iluminan los cuadros, bajo los cuales antes hubo altares.








